martes, 9 de diciembre de 2008

El Vulgar ( capitulo III ) bu-as-na

La positividad te encamina a un mejor nuevo amanecer

El sol golpea mi cara entrando bruscamente por los rincones de la ventana, me levanto de la cama y no encuentro a Vulgar, salgo hacia el exterior y allí lo encuentro lavándose en aquel chorro de agua que emanaba de la montaña, sus manos abiertas y llenas de agua, chocaban bruscamente contra su cara y cuerpo. En estas percibe mi presencia, y me dice lía un chusco de pan y una pieza de queso de la lacena, que hoy comemos fuera.

Caminamos durante dos o tres horas, y llegamos a un alto donde se veía su casa y su pequeño trozo de tierra cultivada, aquí bajo esta encina y sobre mi hogar te acabare de contar el gran amor e mi vida. Tras peguntarme por donde iba, y yo decírselo, este vuelve al hilo de la historia como si el sueño no la hubiese interrumpido nunca.


...Pique a su puerta miedoso de su reacción, con ganas de abrazarla pero sin agallas para hacerlo, y tras un minuto eterno de espera, me abrió su tía, tras preguntarme quien era yo, y yo contestarle, le pedí por Adriana y esta me dijo que había cogido un cartucho de pipas y se había ido al sol, baje la calle buscando la plaza del barrio, y allí estaba. Como un gesto tan sencillo como el de pelar una pipa podía ser tan fino entre aquellos labios. Pasaron tres o cuatro minutos de atenta observación, ese proyecto de obra maestra, que yo recordaba, era ahora la belleza mas cotizada del mundo, su fino cuerpo, se habían convertido en un conjunto de sinuosos volúmenes, creadores de una figura bella y sugerente.

Buenos días Adriana, repetía mi mente mientras me acercaba, BU-AS-NA, creo que es lo que dije al final.¡¡¡Vulgar!!! exclamo cuando me vio, y me abrazo y beso mis mejillas como si fuese aquel niño de hace ya años, me pregunto que habia sido de mi, como me había ido, y cuando llego a la pregunta de que hacia allí, como poseído le conteste, he venido a buscarte y jamás permitiré te separes de mi, ella sonrío, se sonrojo, y se marcho hacia su casa, girándose movió su melena de la forma mas picara y me dijo, de momento hoy como en mi casa, esta tarde ven a aquello de las cinco y daremos un paseo juntos.

Ese día no comí, ni me fui a mi casa, pase las horas en la calle, esperando las cinco, a la hora, puntual, pique a su puerta y apareció preciosa, bajo los cuatro escalones que nos separaban y dejo escapar su mano abajo, para que yo la cogiese, tras rozar sus dedos con los míos para notar su piel, los entrelazamos con la intención de no separarlos mas.

Pasaron meses en los que solo paseábamos, hablábamos. Mientras yo me hacia cargo del negocio con gran soltura y hacia crecer el patrimonio familiar. Eran momentos de esplendor económico y sentimental para mí.

El 16 de diciembre, de 1976, fui a buscar a Adriana a su casa, y armado de valor, entre y arrodillado ante su tío, que ejercía de padre de familia, al faltar su padre, le pedí la mano de su sobrina, tras la charla de hombre a hombre de protocolo este acepto mi proposición. Salimos de su casa, y en el descansillo Adriana me cogio con sus manos las mías y me beso. Mi piel se rompía, mis venas se cerraban y mi corazón latía necesitado de sangre, era una explosión de sentimientos que me hacían el hombre más feliz del universo.

Cuatro meses después nos casamos, y nos fuimos a vivir a una casa que había comprado junto a la fábrica. Allí Adriana comenzó a enfermar, el medico le dijo que o se iba fuera de la ciudad o moriría en uno de esos ataques.

Aunque parezca extraño, no dude ni un segundo, vendí toda la industria, la casa y dejando a madre bien, para que no pasara ni una pena, compre esta casa y este terreno y en su compañía, viví los mejores años de mi vida.

Tras seis años solos, decidimos ser padres y de esta manera dar fruto a nuestro gran amor, y Adriana quedo embarazada, tras siete meses y medio murió en el parto de Martina, dejándome solo con aquella preciosa criatura…



Con los ojos en lagrimas, y entusiasmado y apenado por su relato, solo supe preguntarle, ¿Y donde esta Martina? contestándome tranquilo que en breve la conocerás.

martes, 2 de diciembre de 2008

Supercalifragilisticoespialidoso


Supercalifragilisticoespialidoso,
aunque suene extravagante, ¡raro y espantoso!
Si lo dice con soltura sonará harmonioso,
supercalifragilisticoespialidoso.
De niño yo me acostumbré a tartamudear,
mi padre mi nariz torció para enseñarme a hablar.
Hasta que un día yo escuché,
cuando era ya mayor,la frase con más letras, la palabra más atroz.
ESTRIBILLO
El mundo ha recorrido él y donde fue una vez su extraña frase les soltó y supo convencer.
Un duque y un majarajá a quienes suelo ver,
ayer mi frase al escuchar, me honraron con un té.
ESTRIBILLO
Si se ha tragado el gato y su lengua es igual,
pues siempre hay una frase que sin lengua sonará.
Mas dila con cuidado,
no pudiera hacerte mal…
Sabe una cosa?¿Qué?
Una vez le dije esa palabra a una muchacha,
y hoy esa muchachita es mi mujer…¡¡POM!!¡Ouh!
Pero es una mujer encantadora…
Y supercalifragilisticoespialidoso,
supercalifragilisticoespialidoso,
supercalifragilisticoespialidoso,
¡¡¡¡supercalifragilisticoespialidoosooooooo!!!!